Excmo. Ayuntamiento de

Abarán

Microrrelatos ganadores / "8M de Mujer", 2021

Primer premio

"Bolero", por María Dolores Pérez Galbaldón (Cieza, Murcia)

Clara abrió la ventana e hinchó los pulmones del aire fresco que le trasladaba a su infancia. Durante aquellos días, éste había sido su único contacto con el exterior. Desde sus años de conservatorio, pervivía en ella la costumbre de rememorar mentalmente alguna de aquellas partituras que había tocado y que no renunciaba a su sueño de dirigir.Ya sonaba la caja con el Bolero de Ravel, cuando pensó en su suerte al disponer de un mirador con vistas al campo. Señaló los últimos cerezos en flor y entró la flauta, pianissimo… sostuvo las notas en el aire, y dirigiéndose al ciprés solitario, dio paso al clarinete; aguardó un poco, hasta que apuntando a los olivos del fondo, introdujo el pizzicato de violas y violines, el arpa; los limoneros, el fagot… Continuó dando paso uno
a uno a todos los instrumentos, crescendo,... al fin, dirigiéndose a una bandada de pájaros, resonó toda la orquesta en el clímax de la obra, fortissimo… Nada podía hacerla más feliz que la sinfonía de la huerta bajo su batuta.

De pronto, detrás de ella sonaron risas de niños y una voz masculina que dijo:

- “Nena, ¿es que esta tarde no meriendan los niños?”

Segundo premio

"Avance deportivo", por Esteban Torres Sagra (Úbeda, Jaén)

Tengo tres hijos, dos trabajos y una nómina en no sé qué porcentaje inferior a la de un hombre. Debería sentirme realizada, dicen.

Mi otra contratación es por obra o servicio: una forma elegante de decir que me ocupo de todo cuando no teletrabajo, mientras unos juegan a la play y el otro amortiza –está en ERTE- el movistar plus con los deportes… porque mi familia ama cualquier deporte.

Me duele la espalda cada vez que retuerzo mis sueños igualitarios sobre el exprimidor de lo que me prometieron, y más si los comparo con el sartal de injusticias que no he superado todavía.

Yo no soy de manzanillas ni poleos, así que me preparo un vaso de ginebra para rebajar la cólera que libero cada vez que desmenuzo los pormenores de mi estatus -con el amargor en la garganta libero endorfinas- mientras les dicto el reglamento de una liguilla de todos contra todos, que me he inventado, en las siguientes disciplinas: lanzamiento de mopa con mocho, deslizamiento de bayeta húmeda sobre repisa empolvada y baloncesto con canastas triples en la lavadora usando la ropa interior como pelota.

Que no se preocupe nadie que yo lo supervisaré todo desde el mueblevar.

Tercer premio

"El sol de la alcoba", por Manuel Martínez Morote (Cieza, Murcia)

Steinbeck, Szymborska, Sthendhal, Neruda...

A estas horas, el sol ya habrá doblado el esparto en las laderas de las solanas; todo
preparado para el silencio de la araña.

Juan Ramón Jiménez, Gelman, Cernuda...

Los tomillos habrán abandonado definitivamente su timidez, y la cabra y el jabalí merodearan a sus anchas lejos de las palabras, de los motores.

Vicente Medina, Holderlin...

Puede que en las esparragueras del río apunten los brotes primeros, que las plumas, como pensamientos, socorran al aire con caricias y amores sencillos.

Bécquer, Machado...

¿Qué sendas se doblarán todavía más? ¿Qué será de las sabinas en estas horas antiguas y milenarias?

Bradvury...

El mismo sol del monte, la misma luz que entra por la ventana de la alcoba. Es el único lugar del piso donde el atardecer adormece esperando, se escabulle entre las sábanas, voltea viejas respiraciones. Sobre la mesilla encuadernaciones rústicas, confidentes en las largas noches del insomnio, desde los tiempos primeros de la juventud lejana, de las risas, las penas, de llegadas y de idas, demiurgos de los lugares comunes que todos tenemos.

El vino del estío...

El encierro, el miedo, la perentoria necesidad de libertad.

Sobre sus libros, después del entierro, quedaron los últimos paseos.