Excmo. Ayuntamiento de

Abarán

Patronos de Abarán

San Cosme y San Damián, los Santos Médicos

SantosMedicos

En su nombre, Abarán celebra las Fiestas Patronales a finales de septiembre, coincidiendo con el día grande: 26 de septiembre (Santos Cosme y Damián). A lo largo del año, protegen a los abaraneros y abaraneras desde la Iglesia que recibe su nombre, ubicada en el bello Paseo de la Ermita. A nadie escapa la importancia de contar con unos patronos médicos

Relevancia histórica y religiosa (sus orígenes)

Estos Santos, cuyos nombres significaban respectivamente "adornado y soñador", eran llamados Anárguiros, sin dinero. Ejercían la medicina sin cobrar, daban mucho sin recibir nada... Su madre Teodora les educó en la virtud. Según el martirologio romano, en Egea, ciudad de Arabia, los santos hermanos gemelos Cosme y Damián, sufrieron diversos tormentos en la persecución de Diocleciano. Fueron cargados de cadenas, arrojados a la cárcel, pasados por el agua y el fuego, crucificados, asaeteados y decapitados.

San Gregorio de Tours consigna el valor taumatúrgico de estos santos hermanos médicos, sobre todo para curar las enfermedades del alma. "Espantaban las enfermedades por el solo mérito de sus virtudes y de la intervención de sus oraciones. Coronados tras diversos martirios, se juntaron en el cielo y hacen a favor de sus compatriotas numerosos milagros". Junto a Cosme y Damián murieron sus hermanos, Antimo, Leoncio y Eupropio.

Según otras fuentes, fueron martirizados y enterrados en Ciro, ciudad de Siria, cerca de Alepo. Teodoreto, obispo de Ciro, en el siglo V, alude a la maravillosa basílica que estos santos mártires tenían en la ciudad.

San Cosme y San Damián se cuentan entre los santos más famosos de la antigüedad. Esto explica la multitud de basílicas e iglesias dedicadas a ellos, como en Constantinopla, en Jerusalén, en Egipto, en Tesalónica, en Edesa, en Capadocia, en Mesopotamia y prácticamente en todo el Oriente Cristiano.

Su culto se extiende a Occidente

Pronto su culto se extiende a Occidente, de lo que hay muestras abundantes en Rávena, Verona y en el oracional visigótico. En Roma gozaron de una popularidad excepcional, tanto que sus nombres forman parte del canon romano y llegaron a tener hasta diez iglesias dedicadas. Concretamente el Papa Símaco (498-514) les consagró un oratorio en el Esquilino, que luego se convirtió en abadía. San Félix IV, hacia el año 527, transformó para uso eclesiástico dos célebres edificios antiguos: la basílica de Rómulo y el templum sacrum urbis, situados en la Vía Sacra, en el Foro, dedicándoselos a los dos médicos anárguiros.

Esta iglesia de San Cosme y San Damián en el Foro, restaurada por el Papa Barberini, Urbano VIII, en el año 1631, es una de las más bellas de Roma. En el ábside, un antiguo mosaico representa a Cristo "con unos ojos grandes que miran a todas partes", como dice el epitafio. A uno y otro lado están los hermanos médicos, prontos a escuchar a sus devotos.